El poder y los efectos de las fake news

En la era de la comunicación y la hiperconectividad somos la sociedad que está más expuesta a la desinformación.  Quién hubiera creído que, con la revolución de las tecnologías y la comunicación digital, las fake news serían una amenaza constante que se aprovecharían tanto de brechas sociales, rango de edades y de hasta momentos de crisis para crear desestabilizaciones o engañar a personas. ¿Pero cómo no podemos ser víctimas? Pues aprender a reconocerlas y detenerlas es parte del precio de vivir bien informados. Analicémoslo.

Como conocemos las fake news o también llamadas bulos son los términos utilizados para conceptualizar la divulgación de noticias falsas. Y es que hoy, el boom de las nuevas tecnologías y la aparición de las redes sociales se ha convertido en ese puente delgado de comunicación que permite a los usuarios producir, consumir y difundir contenido real e inmediato, pero también falso, y que en cuestión de segundos cruza fronteras y continentes convirtiéndose en el gran enemigo de políticos, gobiernos, líderes empresariales, medios de comunicación oficiales, etc., originando, en la mayoría de los casos, hasta una severa comunicación de crisis.

Un arma para sembrar terror, pero también para ganar

El compartir o ser parte de noticias falsas tiene consecuencias graves, desde difamar a una persona, influir en la opinión pública, desestabilizar gobiernos, provocar caos social, pero también para lograr un objetivo fundamentado -eso sí- en mentiras.  Desde hace algunos años, las “Fake News” han sido un recurso comunicacional utilizado en política para perjudicar partidos o movimientos ideológicos, siendo un claro ejemplo de esto las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, donde Donald Trump puso la posverdad y las fake news en el centro del debate.  Según la web Politifact, el 70% de las declaraciones electorales de Trump eran falsas o mentiras.

En Ecuador también hemos visto algunos ejemplos del alcance de las fake news, tal fue el caso de las noticias falsas durante el paro y protestas indígenas realizadas en octubre de 2019 y que ayudaron a agudizar las paralizaciones y a agitar una ola de disturbios en el país por varios días. O recientemente, durante los días de confinamiento por el Covid-19, los comunicados producidos y disfrazados que circularon en contra del Gobierno Nacional y muchas de sus instituciones que, utilizando logos, firmas y líneas gráficas gubernamentales, lograron burlar a las personas y crearon terror e incertidumbre a todo el país en varias ocasiones; de ahí que los voceros oficiales debieron activar estrategias de comunicación y varias apariciones en medios oficiales para desmentir aquellas noticias falsas, pero también para alertar sobre esta otra pandemia que amenazaba en esos días.

Las fake news y su impacto en la reputación

Hemos visto como los gobiernos pueden ser blanco de ataques, pero del lado empresarial y corporativo, la amenaza también es eminente, más cuando se trata de competencias desleales de mercado o de intentos de dañar la reputación del otro, y como siempre, la vía más rápida de lograrlo es a través de las redes sociales: inmediatas y con alcances multiplicadores de audiencia.

Las marcas, empresas, empresarios y productos manejan en su mayoría una comunicación efectiva cada vez más abierta y de doble vía con sus audiencias; pues eso las hace ver más cercanas, pero también más vulnerables a ataques. Por ello la importancia de estar y conversar en redes viene de la mano de no perder el horizonte y no dejar de monitorear a este público, “el riesgo con las redes es que si bien éstas están nutridas de hechos, al final de día son una opinión más, en donde cualquiera puede lanzar una acusación sin gran nivel de prueba, a veces basándose en especulaciones, percepciones falsas o las famosas fake news”, recalcaba Santiago Fitipaldi, presidente de la firma RedSwirl Communications y experto en gestión de crisis internacional, en una colaboración para este blog.

¿Cómo identificarlas y no contribuir a la desinformación?

Como toda acción digital, la solución o problema está en saber a qué se da click y a qué no. La nueva realidad post covid ha llevado a la sociedad a depender más del consumo digital lo que hace que las noticias malintencionadas, así como las destinadas al engaño y hurto, se multipliquen. A esto, ¿cómo podemos enfrentar estas amenazas? Una de las claves es optar por la verificación de las fuentes oficiales, leer bien antes de compartir, y preguntarse si al hacer eco de esa noticia se está sumando o restando positiva o negativamente. Para conocer más, desde MC Comunicaciones adjuntamos algunas acciones que permitirán reconocer noticias falsas.

• Identifica. No confíes en titulares muy largos y en mayúsculas. Estos apelan a la emotividad y resaltan más en las actualizaciones de redes sociales.
• La fuente. Si la noticia se publica en web verifica en la sección “Sobre Nosotros” para constatar el funcionamiento del medio. En páginas falsas esta sección está vacía o incompleta.
• Links y citas. Si los enlaces de la noticia no funcionan o llevan a páginas diferentes no debería compartirse el contenido.  Es importante verificar en Google las citas expuestas y constatar que realmente son verdaderas.
• URLs y logos similares. La estrategia es confundir con un nombre y logotipo similar a un medio de comunicación real para confundir al lector y que se comparta la información inmediatamente.
• Realizar búsqueda de imágenes. Normalmente las noticias falsas utilizan fotografías anteriores sacadas de contexto, para verificar es importante buscar en Google la fotografía y verificar si la información es presentada como cierta.
• Existen webs para saber si una noticia es falsa o verdadera en base a la consistencia de los hechos y datos que refieren. Por ejemplo www.chequeando.com
• Lee la nota completa. En redes los títulos vendedores están por todos lados y buscan captar clicks y que se pueda compartir inmediatamente; es importante detenerse y leer la nota completa antes de reenviarla.

El motor de las fake news somos todos.  Como sociedad tenemos la corresponsabilidad de cuidar de todos y de los entornos, por ello la importancia de verificar la procedencia de las noticias, constatar de que sean reales, y de que no inciten al odio o a la desestabilización es importante para no contribuir a la desinformación que día a día gana más espacio.

 

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